Comencemos explicando que una arritmia es una alteración en el sistema eléctrico del corazón, un sistema que normalmente mantiene el corazón latiendo a un ritmo constante y constante.

Existen diferentes tipos de arritmias. Algunas de ellas pueden originarse en las cámaras superiores (aurículas) o inferiores (ventrículos) del corazón y pueden hacer que el corazón se contraiga demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de manera irregular o caótica.

Algunas arritmias son leves o benignas y pueden no aumentar el riesgo de tener complicaciones fatales, mientras que otras pueden provocar la muerte. Estas alteraciones del ritmo cardíaco que ponen en peligro la vida se conocen como arritmias malignas.

¿Qué es una arritmia maligna?

Las arritmias malignas son alteraciones del ritmo cardíaco que pueden provocar una emergencia potencialmente mortal. La mayoría de las veces son causadas por una arritmia que se origina en los ventrículos (cámaras inferiores) del corazón. Son ejemplos de estas arritmias la fibrilación y la taquicardia ventriculares.

La fibrilación ventricular puede hacer que los ventrículos del corazón tiemblen incontrolablemente en lugar de contraerse siguiendo un patrón regular. Cuando esto sucede, el corazón deja de bombear la sangre de una manera coordinada, impidiendo que la sangre fluya hacia el cerebro y otros órganos. Esto se conoce como paro cardíaco.

La taquicardia ventricular es una arritmia causada por señales eléctricas irregulares en las cámaras inferiores del corazón, lo que hace que el corazón lata a más de 100 latidos por minuto. Estos episodios pueden ser breves y durar sólo unos segundos. Pero, si este tipo de arritmia cardíaca rápida dura más de 30 segundos, puede poner en peligro la vida y provocar un paro cardíaco.

Algunas arritmias auriculares también aumentan el riesgo de mortalidad. La contracción rápida de las aurículas también puede hacer que los ventrículos latan rápida y erráticamente, y en pacientes con ciertas condiciones especiales pueden favorecer el desarrollo de taquicardia o fibrilación ventriculares. Una arritmia que se origina en las aurículas del corazón, conocida como fibrilación auricular, también puede ser grave, especialmente si no se trata. Una de las complicaciones más graves de la fibrilación auricular no tratada es el accidente cerebrovascular (trombosis cerebral).